... y para ello pedimos su colaboración. Su ayuda es inestimable en estos casos,
ya que sólo ustedes representan la realidad de nuestro trabajo. Para ustedes
investigamos, para ustedes exploramos durante años bibliotecas y museos de todo
el mundo, y para ustedes trabajamos con los expertos de mayor prestigio, procurando
el máximo rigor en el resultado final.
Ahora les necesitamos. Sus ideas, puntos de vista y conocimientos nos ayudarán a
hacerlo cada día más y más próximo a sus preferencias. Desde ahora nuestro agradecimiento.
Últimas sugerencias recibidas
- "Algunos vendedores hacen mucho hincapié en que los libros que venden son "casi originales".
¿Qué significa éso exactamente?, porque o es original o no lo es". A.C. M. Barcelona
Tiene usted razón. En determinados asuntos relativos cabe un punto intermedio: se puede estar en
un estado de felicidad que "casi se toca el Cielo", o se puede estar "casi al final del camino" pero
nunca en asuntos absolutos: Nadie puede ser, valga el ejemplo, "casi virgen". Y un facsímil, o lo es
-en cuyo caso no es un "original"-o no lo es -en cuyo caso puede ser cualquier cosa, incluso
un "original", pero nunca un "manuscrito medieval original". El resto, "casi lo dice su pregunta" es
publicidad engañosa, tan permitida en España como en el resto de los países de nuestro entorno
cultural.
- "¿Por qué sus tan cuidadas ediciones facsimilares no tienen el papel arrugado que tienen casi todas
las de su competencia, algunas de ellas muy inferiores en calidad? ¿Teniendo en cuenta la
diferencia de precios entre ustedes y otras editoriales, puede deducirse que es una cuestión de
precio?
"
Es una cuestión de criterio, no de precio. Los profesionales más cualificados en el mundo de la
impresión, a los que cualquier persona puede consultar libremente, desaconsejan que se imprima
sobre el papel Fredigoni de tipo apergaminado -o pergaminata- al que ustred se refiere para
hacer una edición facsimilar; incluso los fabricantes advierten sobre su falta de idoneidad para tal
fin. La razón es que ese tipo de papel matiza, apaga notablemente los colores del original. Y ello
porque es un papale translúcido e incluso transparente y, para poder imprimir en una de sus caras
sin que la impresión se pase a la otra, hay que imprimir primero una capa de estuco o tinta blanca
muy sólida para poder imprimir sobre ella. Y éso en las dos caras, lo que "engorda"
innecesariamente el papel y su peso y hace más frágil la estampación ya que dicho estuco, al
contrario que cualquier tinta, puede desprenderse del papel. Haga, si puede, la prueba y doble
una esquina de un libro de esos "apergaminados" y la de uno de los nuestros, y vea la diferencia y
en cuál se desprende lo impreso y en cuál no.
Respecto del costo económico, aunque la impresión de los estucos no se contempla en nuestros
costes -la humificación del papel "apergaminado" y su porterior secado para darle su apariencia
arrugada no es significativa económicamente- no justifica de ninguna manera la enorme
diferencia de precios existente entre unos y otros libros. Tampoco la encuadernación, aunque
usted no menciona ese aspecto.
A este respecto, le sugerimos que si es usted miembro de Concentus Libri, la Asociación de
Bibliófilos de España, lea, en su ejemplar número 8, el artículo "Edilán-Ars Libris, 25 años"
|